La primera vez que se vieron fue una sensación de conocerse desde siempre. Fue un flechazo a primera vista, un encandilamiento del que ninguno pudo escapar.
No saben bien la fecha del día que se conocieron, fue una noche de verano, de tragos largos y de música bailable. Fue una de esas noches en la que entre mucha gente pero sólo miras y te flechas con una sola mirada, el de él y el de ella. Bailaron y rieron, pero el sol siempre sale antes de tiempo y el hechizo se termina antes de que te dieras cuenta. No fue la única vez que se vieron, vinieron muchas noches más, miles de anécdotas podrían contar pero sólo una queda en la mente por siempre jamás. Se amaron de noche y se amaron de día pero un día todo terminó. Ella encontró otro amor y él solo quedó. Más bien, lo de ella nunca funcionó y a los brazos de él volvió.
Hasta el día de hoy siguen esos amores de noches, jamás aceptaron que a pesar de todo el dolor que pasaron, todavía se querían. Ya van más casi una década que se aman a escondidas, prefieren eso a perderse por siempre como en el pasado sucedía.
Ella de sus amores, sólo le cuenta a su mejor amiga. Él de sus amantes, no se lo cuenta a nadie. Nunca estuvo en sus planes enamorarse, pero las cosas suceden cuando menos uno se lo espera y así es como siempre seguirán demostrando eso amor a escondidas de todos y acurrucados uno con el otro, en su nido de amor.
Magia en las letras 